
Ahí como eso de las tres de la tarde en pleno Cervantino, nos pusimos camino al
"hostalito Guanajuato" donde nos instalamos para pasar cinco magníficos días de poca madre. Y desde luego, cámara en mano para trecientas cincuenta fotos del viaje. Calles, edificios, chicas, callejón del beso, el medi, plazas, "gringas hippies", otras no tan "hippies", unas "fresas", conciertos, alhóndiga y todo cuanto nos gustara, se pudiera y se dejara fotografiar. Obviamente mi celular no me fallo y allí estuvo para llenarme de recuerdos.
Cervantino 100% recomendable.
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