Para mi amigo Nash, que supo dar el paso para afuera de la depresión tan grande en la que estava y que en algún momento yo no sabia si realmente me escuchaba, por que tenia un gran plato de sopa en su cabeza con todo lo que la gente le decía, sé muy bien cómo te pudiste sentir, y realmente cómo persona no me gusta ver sufrir a las personas.
El ofrecer el viaje al Cervantino, era abrir cualquier puerta a la salida de los pensamientos obstinados de esos momentos tan tortuosos y creeme Nash ni yo quiero volver por ahí. Ahora pensemos en viajes, viejas, playas, chelas, ropas de montaña, bermudas, botas merrell, tianguis del chopo, discos, tianguis del que sea, paseos a Coyoacan, centros comerciales, restaurantes, loncherias, Burger King, las tortas de Obregón y todos esos lugares que tenemos en común, quizá por eso es que somos cuates y finalmente alcanzar uno de nuestros sueños.
Esta foto es para ese sueño de volver y yo quiero estar allí, algún día.
1 comentario:
Pinche Pony, me acabas de romper la madre. Ya veras, sólo es cuestión de pelotas y cuando menos veas, el sonido de las coras cayendo y ese olor tan peculiar del casino se te impregnará en la nariz. Otra vez, gracias poney.
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