jueves, 7 de julio de 2011

Vicentico "Al ritmo de Blitzrieg Bop" Capítulo X.

Buscar un gnomo podría parecer cosa fácil, más y cuando es tan popular, pero realmente lejos o fuera de algún pueblo era lo que hacía dificultoso el asunto. La pareja de bien aventurados buscadores de Vicentico no sabían bien que camino tomar, así que entre praderas, bosques y llanos, los dos pasaban muy buenas aventuras.











Una tarde después de una larga caminata Diana decidió tomar una siesta bajo la sombra de un abedul, cerca de un arroyo, donde este tipo de árboles suelen habitar. Mientras, el caballero de armadura vigilaba mirando de un lado a otro. Con la calma del bosque, los abedules parecían arrullar el descanso de la cazadora. La noche estaba próxima y el sueño termino por llevar a las horas más profundas de descanso al par de buscadores del gnomo, en medio de aquel bosque de una noche llena de estrellas. Exhaustos, cansados de tanto caminar el descanso sin duda serviría para que al día siguiente la búsqueda continuara hasta encontrar a Vicentico y que cada cosa volviera a la normalidad.











La noche transcurrió y cuando el caballero despertó, poco a poco fue abriendo los ojos, mirando con incertidumbre los abedules del lugar, tenia la ligera sospecha que estaba solo sin Diana. Por un momento pensó que ella retrasaría al mismo lugar para continuar juntos la búsqueda de Vicentico. La incertidumbre dejó paralizado al caballero que por horas no sabía que pensar, se levanto y camino en circulo mirando los abedules que con el va y ven de sus hojas hicieron brotar la astucia del caballero. El caballero de armadura metálica camino fuera del pequeño bosque y en un declive pudo encontrar las huellas de Diana, pareciera que los abedules le alentaban para seguirle, pues el movimiento de las hojas parecían voces que le decían: ¡adelante, adelante!









Pues resulta que mientras era de noche los abedules le contaron entre sueños a Diana que el gnomo estaba ya muy cerca. Y poco antes del amanecer Diana despertó y sin hacer ruido tomó camino, dejando al caballero de armadura metálica descansando como se encontraba.











El buen humor y la valentía del caballero hicieron que este siguiera a paso firme las huellas de Diana.




Después del buen descanso que los dos tomaron en aquel lugar mágico de los abedules, cualquiera podría pensar sin lugar a duda que el arco estaría de regreso en manos de su dueña.
El caballero de armadura metálica se fue entonando la canción "The Ramones" Blitzrieg Bop, que hacia poner una gran sonrisa en la cara del buen acompañante.














Eran unas cuantas horas de diferencia las que la cazadora llevaba por delante con el caballero, por lo cual en cualquier momento volverían a estar juntos.









El caballero vio a lo lejos a Diana que con pasos lentos recogía algunos objetos del suelo. Corriendo llego a su lado y le pidió disculpas por haberle dejado sola, pero ella no respondió mucho, pues lo que recogía del suelo eran cebollas señal de que el huerto o sembradio de Vicentico estaría cerca. Esa mañana Diana decidió vestir muy formal, llevando puesta una estrella de mar que había comprado en las playas de Baja California, siendo así lo más sencilla que pudiera parecer con el encuentro de Vicentico. La parte importante era el dialogo y recuperar así el arco. Diana, en sentido figurado, más que otra cosa llevaba en alto bandera de paz la cual por mucho podría ser la que de buena forma hiciera razonar al gnomo y este le devolviera el arco. Por otra parte, al caballero se le tendría solo y únicamente como compañero de viaje.


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