sábado, 12 de noviembre de 2011

Vicentico "Manos a la obra" Capítulo XVII.

A la mañana siguiente desde muy temprano Diana y el Caballero fueron a paso firme en marcha al sembradio del gnomo Vicentico. La alegría y el optimismo por la nueva experiencia era muy notoria para ambos personajes, ninguno antes había hecho labor de cultivo.






El propósito era restablecer el campo y recuperar el arco, así como se había hecho el trato allá cerca del arroyo.



Diana estaba entusiasmada con cultivar cebollas, pues ella era una gran amante de la tierra y la naturaleza. Mientras tanto el Caballero seguía estando de metiche como persona neutral pero ayudando siempre a la cazadora por cualquier imprevisto. Sin duda también participaría en el restablecimiento del sembradio y la limpieza de la casa del gnomo. Pues si bien la casa sirvió para realizar un gran pachangón en toda la historia de cuentolandia.







Con los cantos de las aves, el nuevo día pintaba muy bien para comenzar a poner manos a la obra. Vicentico suspiraba la fresca mañana desde lo alto de la colina sujetando su azada favorita, podía ver todo a su alrededor. La sonrisa era preludio de que el campo recuperaría su esplendor para seguir cosechando cebollas y que todo volviera a la normalidad. Con la tregua de paz entre la Cazadora y él.





Para el gnomo no existía amor más grande que el de sus cebollas, el cariño y esmero por recuperar el campo era la máxima alegría de Vicentico sin duda.



Vio llegar al par de personajes y les dio la bienvenida muy educado como de costumbre y estaba dispuesto a darles las instrucciones para comenzar a trabajar el campo.



Lo que vendría en los siguientes días seria trabajo y diversión.

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