martes, 10 de mayo de 2011

Vicentico "En busca de una pista" Capítulo V.















Vicentico no dudo en recurrir a sus amigos de confianza para contarles lo ocurrido y de alguna forma pudieran ayudarle a dar con la persona aquella.








Visitó a su gran amiga Massiel, el hada de los aromas. Este pequeño personaje era la encargada de dar el aroma atodas las flores del bosque y andaba siempre de allá para acá. Sin duda Vicentico atino muy bien en encomendar la misión a la pequeña hada que con mucho gusto le prometió dar señas de tan terrible persona pues también ella sabía muy bien lo que adoraba el gnomo a las cebollas.




















También visitó al terrible ermitaño de las cuevas y de igual forma le contó lo de su sembradio pidiéndole su ayuda, pero este otro personaje era de muy pocas palabras, más bien algo antisocial y aunque veía pasar todo desde la alto en su cueva pocas veces se le veía platicando con alguien.




De todos modos Vicentico intercambio unas palabras y sin compromiso alguno el ermitaño movió la cabeza.








En el pueblo a sus más allegados amigos de los restaurantes y tiendas les contó del terrible accidente, casi describiendo a un terrible monstruo que había destruido el sembradio de sus adorables cebollas. Muchos con esa descripción le comentaron que sería un poco difícil dar con ese personaje. Sin embargo Vicentico no perdio el animo de que alguien de aquí o de allá le diera alguna pista para dar con el culpable de quien vagamente recordaba que corría desnudo con un arco de casería color dorado sobre su espalda.




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